Los órdenes del amor.
Para Bert Hellinger (creador de las constelaciones familiares) hay órdenes fundamentales y esto se desprende a partir de sus prácticas, consultas e investigación, él observó que en todo sistema familiar existen lealtades que la mayoría de las veces son muy profundas y arraigadas, las cuales llevan a sus miembros a vivir vidas que no son las propias.
Hellinger entendió que es «el amor ciego” ,»arcaico o infantil», lo que lleva a todo un sistema familiar a perpetuarse en repeticiones de destinos muchas veces trágicos.
Es por esto que se dio cuenta que tienen que darse ciertos órdenes para que el sistema y cada individuo estén en equilibrio, otorgándoles a través de estos órdenes poder y libertad para seguir su propio destino. Dichos órdenes fueron los que dieron origen a un nuevo enfoque de las constelaciones familiares que invitan a la reconciliación y el respeto.
¿Cuáles son los órdenes del amor?
1 – Pertenencia:
Cada miembro del sistema, vivo o muerto, tiene el mismo derecho a pertenecer y ser parte: cada persona que ha pertenecido a un sistema, indiferentemente de lo que hizo o dejó de hacer tiene derecho a pertenecer.
Cuando a algún miembro de la familia se le niega el mismo derecho de pertenencia, el alma familiar o la conciencia familiar trata de restablecer el orden mediante una repetición.
La conciencia familiar conecta a una persona nacida posteriormente con la persona que fue excluida de manera que lo reemplace. Entonces, quien nació después sufre como el excluído y se vuelve como el excluído. A través de él, el sistema ahora tiene que enfrentarse nuevamente a repetir la historia.
Para esa persona nacida posteriormente la solución sería que reconozca la dignidad del excluído, o a aquel cuyo destino despierta miedo u otras emociones en los demás, motivo por el que lo excluyen y olvidan, por ejemplo mujeres que murieron en el parto y no fueron nombradas ni recordadas nunca más.
Reconociendo la dignidad de esas personas se logra la compensación. Así el sistema queda en paz y no es necesario que algún miembro posterior los reemplace.
2 – Jerarquía o prevalencia:
El que llegó primero tiene prioridad: Las parejas anteriores tienen una fuerza especial y deben ser vistas y reconocidas por los miembros posteriores. La relación de los padres tiene prioridad sobre los hijos, ya que gracias a esa unión fue posible la llegada de los hijos.
Ante los padres los hijos siempre serán los pequeños y esto no significa que hay que hacer todo lo que dicen los padres sino que se debe honrar y respetar a los padres, tal y como son.
Si la prioridad de los anteriores es respetada, los posteriores quedan libres.
3 – Equilibrio entre dar y tomar:
En toda relación entre iguales debe existir un equilibrio entre el dar y tomar. Lo primero que debemos hacer antes de realizar un intercambio es tener algo para dar.
Si no tomé, ¿qué doy?
¿De dónde tomamos “eso” para dar luego?
De nuestros padres. Al tomar la vida de ellos y tomar una parte de cada uno aceptándola y aceptándolos tal cual son, estamos en condiciones de comenzar a dar y también tomar de los demás.
Quiere decir que si no tomas a tus padres no podrás realizar intercambios satisfactorios con el contexto, o en las futuras relaciones.
Se tiene que tomar con todo nuestro corazón y pasarlo hacia adelante, hacia nuestros propios hijos, proyectos, futuro, trabajo, dinero…etc.
Además las constelaciones nos invitan a:
Agradecer todo tal y como es: Cuando con humildad te inclinas ante la vida, respetando y agradeciendo todo lo que viene, la misma vida te bendice con mucho más porque vives sin expectativas, ni exigencias.
Cuando empiezas a comprender y aplicar los órdenes del amor en tu diario vivir, empiezas a estar en sintonía con la vida, porque dejas espacio para la armonía en tus relaciones ocupando el lugar que te corresponde y dando lugar a todos los que forman parte, sin emitir juicio. Sólo ésto proporciona la paz y la sabiduría en tu corazón.
Constelaciones individuales y grupales a cargo de Dafna Cobelli Schinca.
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